Published on the 6th of January 2020 at 22:28

 

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En el Siglo XVII un Samurai pisó territorio novogalaico dejando para siempre su marca en esta zona. ¿Su nombre?

Luis de Encío. 

Hacia 1620 llegó al Reino de la Nueva Galicia un viajero quien, con un andar cauteloso recorría las calles de la capital, la llamada ciudad de Guadalajara. Este caballero llamaba la atención por la vestimenta y su porte, tenía un aspecto digno por su sangre pero humilde por encontrarse en tierra ajena, se sabía extraño aunque no del todo desconocido puesto que América, crisol de varias culturas, también veía llegar a sus tierras a comerciantes del Oriente que llamaban generalmente chinos. Algunos de ellos desembarcaban de los navíos de su tierra natal y otros migraban en los barcos de exploradores como don Sebastián Vizcaíno (1548-1624) quien fue el primer Embajador Español en Japón habiendo llegado a las islas en 1611.

El caballero que había llegado unos años después de la travesía de Vizcaíno no era chino sino japonés y descendiente de una antigua familia de Samurais. Descendía del linaje Fukuchi o Fukuji y era contemporáneo del Samurai Hasekura Tsunenaga quien en esos años realizó un viaje diplomático a España y Roma como Embajador. Existen hipótesis de que Fukuchi viajó con Tsunenaga y que en el trayecto que hizo la comitiva de este último desde Acapulco (25 de Enero de 1614), entrando a la Ciudad de México el 24 de Marzo y partiendo de Veracruz a España en la Flotilla del Almirante Antonio de Oquendo. Es en este periodo o cuando el cuerpo diplomático regresó que Fukuchi decidió permanecer en Nueva Galicia. 

Hasekura Tsunenaga durante su misión diplomática en Roma (1615). Obra de Claude Deruet.

El linaje Fukuchi (福地) era natural de la villa de este nombre. Otros los hacen descender de los aristócratas Bai naturales de Shuri en Okinawa. Sea como fuere el noble japonés permaneció en territorio novogalaico.

Durante el periodo en el que Fukuchi residía el comercio era boyante y había rutas comerciales atractivas para quien deseara incursionar en estas actividades. Los chinos, los indianos, los peruleros y otros tantos hacían una sociedad dinámica. Se compraban y vendían materiales exquisitos y raros y esto naturalmente le atrajo a nuestro personaje. 

Durante estos años sobresalieron varios personajes en el Reino de la Nueva Galicia que también deseaban su parte de la riqueza que se movía por las rutas comerciales, había quienes ponían tiendas y otros como los peruleros actuaban como intermediarios vendiendo y comprando mercancías a nombre de sus principales clientes. Entre estos comerciantes estaba el burgalés Diego de Porres-Baranda quien fundó un rico Mayorazgo en la Nueva Galicia haciendo eco de la antigua opulencia que en algún momento tuvieron sus pasados como Señores de la Casa de Baranda. Otros nombres conocidos fueron Francisco de Mendoza y uno en particular, activo y experimentado en el comercio, sería de capital importancia para Fukuchi: El Capitán Francisco de Reynoso. 

Reynoso, tal y como fue descrito en el manuscrito del Chantre Diego Flores de la Torre, fue un Perulero y a la sazón era residente en la Nueva Galicia. Reynoso había entrado bien a la sociedad novogalaica: había contraído matrimonio con Mariana de Padilla-Dávila y Medina, hija del Conquistador Sancho de Padilla-Dávila y de Isabel de Medina y Mesa, ambos de familias principales. Durante su vida fue Capitán a Guerra, Alcalde Mayor y Ordinario de la Ciudad de Guadalajara y de Culiacán, Oficial de la Real Caja de Su Majestad, Regidor y un largo etcétera pero lo que era importante para Fukuchi es que era también un hábil comerciante que sabía reconocer oportunidades. 

Reynoso se aproximó a Fukuchi y le tendió su mano en amistad, ambos, capitán a guerra y samurai, serían amigos y socios comerciales. Fukuchi adoptó el nombre de Luis de Encío para facilitar su comunicación e integración social, amén de ello se convirtió al cristianismo. En fecha desconocida contrajo matrimonio con una dama indígena llamada Catalina de Silva con la que tuvo solo una hija: Margarita de Encío.

Fukuchi y Reynoso comerciaron cerveza y vino de coco principalmente además de objetos traídos de Oriente. Pronto crearon una sociedad comercial para poner una tienda con el inusual término de que Reynoso cubriría el total del costo y como un signo de confianza le daría la mitad de la tienda a Fuckuchi con la condición que pagase lo que Reynoso puso conforme la tienda comenzara a tener éxito. Esta confianza se refrendó por segunda vez con la apertura de otra tienda pero en esta ocasión, Luis de Encío, ya con mejor posición económica, pagaba lo que le correspondía y era ahora socio mayoritario.

Captura de pantalla que tomé de la escritura en la cual Fukuchi y Reynoso crean su primera sociedad comercial. A la derecha de la firma de Reynoso se encuentra la de Luis de Encío en la que firma con kanji su verdadero apellido: Fukuchi. Su nombre propio desafortunadamente resulta ilegible. Mi querida Keiko me ayudó en la traducción y su apoyo fue invaluable en este artículo. 

Consolidada la relación ambos consiguieron fortuna. Unos años más tarde llegó otro japonés de Okinawa a Nueva Galicia quien tomó un nombre y apellido castellanizado: Juan de Páez. Juan de Páez, comerciante también, se les uniría haciendo una amistad entrañable. Los dos japoneses no solo sellaron su amistad con el trabajo duro sino también mediante la unión familiar: Juan contrajo nupcias hacia 1635 con Margarita de Encío, hija única de Luis.

En diversos documentos notariales Luis de Encío hace mención de su origen: “…vieren como yo Luis de Encío vecino de esta ciudad de nación japón…”

Estas relaciones familiares las confirma Margarita en su testamento. Margarita de Encío testó el 2 de Abril de 1656 ante el Escribano Diego Pérez de Rivera declarándose hija de Luis de Encío y Catalina de Silva. En el testamento también declara haber sido Cofrade de la Cofradía del Santísimo Sacramento que fue fundada en la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de Guadalajara y haber sido casada con Juan de Páez teniendo como hijos legítimos a Andrés de Páez (b. 5. Dic. 1639 S.M. Guadalajara), María de Encío (b. 5. Dic. 1639 S.M. Guadalajara), Josefa, Juana y Petrona. Su última hija, Francisca de Páez fue bautizada el 28 de Septiembre de 1657, un año después de que testara Margarita por lo que naturalmente no aparece en su testamento. 

Testamento de Margarita declarando su legítimo matrimonio y nombrando a sus hijos.

Luis de Encío o Fukuchi como había sido conocido antes, falleció en 1666 a la edad de 71 años en la ciudad que lo recibió: Guadalajara. No vivió sus últimos años con la misma prosperidad con los que comenzó en Nueva Galicia. Su fortuna había mermado por el infortunio de haber celebrado un contrato de compañía con el Capitán Miguel de Pinedo y Carbajal cuyos familiares delapidaron el capital comprometido ocasionándole grandes pérdidas. Tras este desafortunado episodio Margarita y Juan de Páez se ocuparon con cariño y esmero del viejo Samurai.

Nueva Galicia no fue solo un crisol de españoles, indígenas, mestizos y africanos; también hubo orientales como Páez y Encío que contribuyeron a su desarrollo económico. 


Fuentes y Literatura Recomendada:

Archivo de Instrumentos Públicos de Guadalajara, Jalisco. Protocolo del Escribano Diego Pérez de Rivera. 

The Portuguese Slave Trade in early modern Japan: Merchants, Jesuits and Japanese, Chinese and Korean Slaves. Lúcio de Sousa. 2018.

Los japoneses que se quedaron en México en el siglo XVII. Acerca de un samurai en Guadalajara. Eikichi Hayashiya. Universidad de Guadalajara. 2003. 

Japoneses en Guadalajara: blancos de honor durante el seiscientos mexicano. Thomas Calvo. 1983.

The making of Asian America: a history. Erika Lee. 2015.

Poder, Religión y Sociedad en la Guadalajara del Siglo XVII. Thomas Calvo. 2015.


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